De la pena al odio

Yo estoy en el silencio, en cada una de todas las palabras que no podes decir
Estoy en la humedad de tus paredes que vuelven mas intenso el frío de las noches
y te cala los huesos y te congela el alma
Estoy ahí, en el canto que se ahoga y en la risa que no alcanza a nacer
Estoy en todas las batallas que te toca librar, porque son tus batallas, y tu guerra soy yo
Estoy en los títeres que moldeas cada semana y soy titiritero a su vez de tus manos
y soy la vida misma que asalta a los muñecos que noche tras noche se cuelan en tus sueños y hacen que te despiertes sin aliento, cansado, con miedo, casi al borde del pánico que lleva a la locura o tal vez sea la locura que te lleva al pánico.
Estoy ahí, en el futuro próximo de tu biografía mas próxima, mas próxima al absurdo de los que vos pensas.
Estoy en el aire que te pega en la cara mañana tras mañana
y soy potencial daga en cada vidrio que tocas
Estoy ahí, en cada estrella que miras por encima de todos los naranjos de tu casa
y en un vuelo silente entro por los espacios que dejas sin cuidar
Y entonces me convierto en húmedo silencio que canta y que se ríe como un títere absurdo narrando la biografía de tu vida inexistente que, colgada de un naranjo, quiere ser estrella y sin aire y buscando una daga de vidrio que te ayude a salir de la muerte que vos crees la vida.