El viaje de la Maga

Maga no está, se mudó a Júpiter
después de una decepción definitiva.
Llevaba el alma herida, dicen los que la vieron partir,
atravesada mortalmente por un rayo.
Hay quienes cuentan que el brillo de sus ojos
se volvió opacidad de un solo embate.
La vieron elevarse lentamente
mirando hacia la Tierra con nostalgia
tenía en cada mano una magnolia
manchada con su sangre.
Un pájaro en la tarde custodiaba su vuelo.
Su verde vestimenta desteñida
raída, hecha jirones, destrozada,
el pelo cubierto de cenizas y barro,
la sonrisa gastada y las palabras mudas.
Quienes acompañaron sus últimos instantes
relatan que en su bolso mágico llevaba
una ilusión, dos sueños, tres suspiros
y cantidad infinita de palabras.
También se sabe que guardó cristales
una gerbera seca y una caja.
Es difícil que vuelva, no se si sobreviva,
rara antinomia si se piensa que los magos no son mortales,
pero el amor humano hace esas cosas...
Algunos vieron su figura cruzando delante de la luna
antes que ésta se fugara en el eclipse.
El no sabe, dejémoslo que ignore
el cruel destino que sufrió la Maga
Si pregunta por ella hay que decirle
simplemente que es tarde,
que la Maga se fue a Júpiter sonriendo,
que allá la reclamaban,
que le dejó recuerdos hechizados,
lluvias de besos suaves
y caricias de estrellas.
Que no sepa jamás que ella, la Maga,
víctima de su desatinado rayo
hizo el viaje final ensangrentada.



Colaboración de imagenes. DANIWIZU