Te propongo un juego:
dale que nos olvidamos de todo y empezamos de cero
con las miradas nuevas, caricias de dos plantas a estrenar
la sensualidad agazapada como el primer día...
Los besos escondidos en un rincón del bolso esperando salir.
Que volvemos a encontrarnos en Cabildo, con un sol insolente
que nos abrazamos con ganas y franqueza
Que hablamos toda una mañana y no importa que hay que hacer después
Y que te muestro orgullosa Barrancas de Belgrano
y nos colgamos dos horas hablando con un artesano de la feria
Dale que seguimos por Juramento y nos sentamos un rato por ahí
que averiguamos que nombre tienen los zorzales y nos trepamos adolescentemente a las rejas de las casas para ver que hay mas allá
Que sin querer, me rozas la mano y queriendo definitivamente me besas en medio de la calle
que no nos importa el tiempo ni el espacio y que el sábado no tiene fin
Que te dejo en la plaza Moldes con la promesa de volver en una hora y no puedo y no te importa y me esperas cuatro horas después en Almagro y llego tarde y tampoco te importa.
Que pasamos el tiempo de caricia en caricia y que esa noche es la eternidad misma.
Dale que nos perdemos en mágicas horizontalidades sin ver que hay debajo de nosotros
Dale que no hay mas miedos, ni cuestiones de fondo, ni ausencias repentinas
Que sentimos en un abrazo que nos conocemos desde siempre y hablamos del Deja Vu.
Dale que yo voy a verte con ganas y vos venis a verme con deseo
Que no hay lluvia que valga, ni granizo ni el calor agobiante de un noviembre que pueda detener la urgencia de la piel
Que te quiero y me queres
que confias en mi como yo en vos
Que planeamos eternos amaneceres bajo un cielo abierto y noches allí donde se ven todas las estrellas que se escapan del cielo de la ciudad.
Que la casa rodante no es un juego
Dale que te puedo decir que esto es lo que quiero con vos y para siempre y dale que vos me decis que si y convertimos juntos este juego en realidad?