Cuatro dolores

I

Voy a volver a todos los lugares
que quedaron vacíos de tu sombra
y si llego a encontrar algún vestigio
lo voy a ir arrancando de a poco
con mis uñas.

II

Busqué mil atenuantes
y encontré solo algunos, de a ratos...
yo también vi lo mio
hice cálculos, revisé mas de una vez mi agenda
y le di al calendario un color diferente
pero nada alcanzó cuando volví a entender
que ayer o antes de ayer
ya no recuerdo bien.



III

Voy a hacer yo el intento de construir un algo
pero no será la mentira inútil
que contaste anteanoche mi ladrillo
Voy a forjar el hierro despiadado
que levante un hermético muro
que te aparte definitivamente
de mi lado.

IV

Te pinto un panorama:
cadena de favores.
Te invito a la ternura
te lleno de caricias, de besos y de abrazos
y aparto con mis manos el pelo de tu cara
sostengo tu cabeza, te miro con profunda dulzura,
te invento mil verdades
Voy bajando pausado por tu cuello
llego al pecho y detengo muy segura mi mano,
presiono suavemente en la sede del alma
para darte certeza, imprimirte calor.
Desvío hacia la espalda
Llegando a tu cintura prolongo la estadía
para ahuyentar dolencias.
Tus piernas ya se entregan
al andar de mi palma
y se ofrecen los pies en mágica morada
Casi como una danza voy subiendo paciente,
como en cámara lenta uno a uno mis dedos
y siento en el regreso del vagar por tu cuerpo
que se va relajando mansamente a mi paso
y otra vez la cintura y la sede del alma
y empiezo a percibir
tu aliento acompasado, profundo
y un dejo gutural que llega a mis oídos
Te abrazo muy despacio para que no despiertes
te ofrezco mi última mirada de indulgencia
y solo para devolverte el favor
que le hiciste a mi escueta esperanza
con el ultimo hálito que le queda a mi ánima
hundo en tu pecho calmo
la postrera y brutal daga de mi confianza.