Bueno, como dije hace exactamente un año ...
cuarenta y nueve suena mejor que 49, será que las letras me resultan mas blandas que los números, o que las entiendo mas, o que ellas me entienden mas a mi.
Tal vez la cercanía del número redondo que inevitablemente deviene en el
medio siglo, me apabulle un poco o que el espejo me devuelva con caridad una imagen que no se asemeja al número...dicen por ahi que no hay peor ciego que el que no quiere ver...o era sordo que no quiere oir? Para el caso, mi caso, es lo mismo...
Pasó un año entero desde aquel
cuarenta-y-ochosuena-mejor-que-48 y algunas cosas se movieron de lugar, por ejemplo, el saludo que hace un año me llegó desde la baja Holanda, hoy me endulzó los oídos desde la mágica Atenas y la promesa de su bandoneón sonando en mi honor esta noche en un teatro repleto, indudablemente, fue un regalo maravilloso.
Un año dificil si los hubo, pero con muchas cosas que vinieron a completar algunos huecos que esperaban su turno... hace pocos dias pensaba en eso, en las cosas que pasaron por mi vida en este año y que fueron modificando para bien o mal algunos de mis sentimientos, algunas de mis capacidades, algunas de mis sonrisas.
Empezó con un dolor en mi rama descendente, que se hizo mi propio dolor y me situó en un paraje de impotencia, con las manos atadas y una cantidad de palabras que no alcanzaban para mitigar la pena; fue pasando, de a poco, como debe ser..en
fade out...
Y para confirmar aquello de
no hay dos sin tres, termina con un visible deterioro en mi rama ascendente que me hizo consciente de lo mucho que me enojan algunas situaciones, no por las situaciones en si mismas, sino por lo que provocan en mi y como única defensa se produce lo que en medicina se llama
efecto paradojal, y que evidentemente, no puedo controlar sino con un enorme esfuerzo. Tomé consciencia en fin, de que en algún tiempo, por largo o por corto que sea, puedo encontrame en estado de total orfandad.
Entre ambas ramas, la ascendente y la descendente, estuve yo con mis mas y mis menos.
Hablar de mis propios dolores, de las palabras que los causaron o las actitudes que los sembraron, sería agotador, tanto como lo fue para mi este año. Pero por sobre el dolor, siempre conservé la fe y abrigué los sueños mas maravillosos y esa misma fe hizo que las buenas palabras y las nobles actitudes tuvieran mas peso que las que otrora causaron las heridas y estimé que era hora de recostarme despues de tanta batalla...sin siquera imaginar que aquello que yo crei valle se convertiría otra vez en árido desierto.
Entre tanto, llegó el metal y su mágica metamorfosis con la ayuda de estas dos manos que hace un año estaban inertes.
Encontré en este trayecto asfaltado de horas, dias, semanas y meses, gente que me llenó de amor y me hizo saber que valía la pena seguir caminando, por duro e intrincado que se presentara el camino.
Y asi llegué hasta este hoy, un dia como cualquier otro, pero que por aquello de las convenciones, fue un dia diferente...Porque las ausencias se hicieron mas visibles, porque la posibilidad de que los deseos se cumplan se fue apagando como la llama de la velita que nadie sopló al son de
queloscumplasfeliz...porque nadie los cumplio feliz y sencillamente porque si...
Fue un año dificil, no hay duda...dicen por ahi que lo que empieza mal, termina mal.
Dicen...
Pero, como ya dije, no hay peor sordo que el que no quiere oir...