sábado, 20 de febrero de 2010

Lo miró como quien mira aquello que se desconoce, queriendo descubrir que había mas allá del misterio de sus ojos oscuros, tan oscuros como nunca había visto, tan profundos como jamás había imaginado.


Lo miró como buscando no saber lo que ya sabía de antemano, lo que por esas cosas que no lograba comprender, se le dibujaban en el alma sin quererlo.


Esa rara cuestión de saber cosas aún antes de las palabras, de escuchar mas allá del silencio, de ver mas allá de la oscuridad, de saber de las lágrimas detrás de las sonrisas.


Como si alguna mano pintara en su alma lo que estaba sucediendo, como si un maquinista invisible proyectara una película para un único espectador...


Certezas, imagenes, sonidos...


Lo único que quería era desterrar para siempre de su vida esa sensación de sensaciones...


Lo que mas quería era desterrarlo para siempre de su vida...


Concluyó en que todo había apostado y todo había perdido, pero a pesar de eso, no se sintió débil, sino todo lo contrario.



Porque no hay debilidad mayor que la de aquel que no arriesga aunque sea a perder...del que busca sin saber que busca, solo por buscar, sin ningún horizonte

Se vio lejana, ausente, se fue, no miró atrás, se quedó a una cuadra de la estación, viendo pasar el último tren

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