No es casual que yo sepa y vos sepas y sepamos.
No es casual que se caigan las monedas de mi bolsillo, ni que tire por enésima vez el mate.
No es casual que hayan empezado a marchitarse las cinerarias de mitad de cuadra, ni que Fito cante cuando me subo a un taxi.
No es casual el rasguño en mi mano derecha y en la tuya, también derecha.
No es casual que Atahualpa diga en tu radio lo que yo encuentro en mi computadora.
No es casual que esa noche nos hayamos cruzado, ni que llegaras cuando él se había ido.
Tengo la sensación de haber gastado todas las palabras recordándote y el terrible agotamiento de buscar explicaciones.
Casi todas las noches me acuesto dispuesta a abandonarte y todas las mañanas me levanto convencida de esperarte...supongo que porque creo que todo lo que dije no es casual.
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