domingo, 14 de noviembre de 2010

Me declaro culpable...

Podría decir que fue en legitima defensa, tratando de atenuar los cargos, o que fui presa de demencia temporal...o repentina...

Lo cierto es que empecé rompiendo los cristales, será porque era lo mas frágil y tangible y continué con todo lo que quedaba en la memoria.

Apilé papeles escritos y maderas que hace no mucho eran un objeto con el don de dar forma y como quien no quiere la cosa, con total serenidad, encendí un fósforo y lo acerque sin dudar; en una actitud casi robótica, fui agregando de a poco ramas secas, flores olvidadas, y todo aquello que necesitaba ver desaparecer... me senté a contemplar el bello espectáculo del fuego curador... cuidando que mis lágrimas no apagaran la hoguera...

4 comentarios:

Rocío Andréu dijo...

PRECIOSO.

A veces es bueno quemar las cosas... Para que pueda volver a florecer algo nuevo :)

Un abrazo.

Uninvited dijo...

Claro... y después el calentamiento global :p

Te acordás de cuando quemaste una carta esa vez en Alta Gracia?
Te sentiste igual de bien ahora? Espero! :)
Charlamos por mess cuando puedas?
Besotes

Anónimo dijo...

A veces lo más difícil es encender ese fósforo. Una vez que todo arde, aunque llores, la paz de haber hecho lo debido te invade.

manu dijo...

A veces, solo a veces, es necesario un corte, eliminar lo anterior, para así generar mayor espacio para lo posterior.

Salutes