Intento

Intentar levantarse una vez mas y volver a caer, acción remanida en este ciclo de vida.

Si entendieras de una vez que el dolor no es una sensación sino una experiencia, dejarías de bailar tu ritual de destrucción y darías lugar a tus propias palabras, esas que solo pudiste dejar caer en medio de la oscuridad sin mis ojos en los tuyos, las únicas que yo quería escuchar, las que no admiten reemplazo: que no es posible perderse todo esto, que no es lógico que dejemos pasar lo que esta por venir...
Pero siempre pasa que lo que está por venir no encuentra el puente para cruzar de tu orilla a la mía.
Lo que está por venir, se queda en el camino, entretenido en algunos pesares y obligaciones y parando a descansar en el refugio que le ofrece el miedo, sin enterarse que no es mas que una trampa de la que es tan difícil salir...
Como me es difícil a mi entender, saber cada mañana como voy a seguir.
Porque es pasear un día abrazada a la cola de un cometa y a la noche siguiente estar nadando en los oscuros pantanos de la duda.
Y ya no tengo fuerzas para dar mas brazadas, y cada minuto me reconozco menos
Si entendieras cuanto me haces reír, seguramente no te gustaría saberme llorando...
Porque yo elijo siempre el rincón azul de los milagros, porque elijo la risa y una sola mirada entre miles de ojos, pero llega un momento que ya no tengo siquiera defensa ante mi misma y me quedo sentada esperando que pasen las horas de los relojes que van para atrás.
Y vuelvo al principio de los tiempos y me veo desnuda sentada en una piedra en el triste paisaje de una tierra salvaje y desolada.
Y entonces veo una luz, tal vez un atisbo de esperanza, una sutil promesa que quiere dejar de ser sutil.
Me incorporo lentamente y empiezo a caminar, pero voy otra vez en la misma dirección, el paso siempre firme, segura de la meta, sabiendo que diez pasos adelante, me espera nuevamente el borde del abismo.