Hay días en los que no se sabe a donde ir...los pies marcan una ruta y el alma otra, los dedos se mueven a un ritmo que ni se conocía y la cabeza vuela mas allá de todo y de todos...
Son días en los que el anonimato sería la opción deseada, pero el anonimato ante uno mismo, eso de no reconocerse, tal vez lo que uno quiere es no tener recuerdos...despojarse de toda la memoria, y desea dormirse rápido, como cuando era chico, en las noches de Reyes...
Salir a caminar en medio del diluvio se asemeja al alivio, como un abracadabra, el agua que resbala por el cuerpo y se mete sin permiso en los zapatos, parece limpiarlo todo...solo por un instante, como si en ese resbalar se llevara consigo esos recuerdos convirtiendo en charcos olvidados aquello que nos cubría la piel....hasta nuestra piel misma...
Solo por un instante...
El sol vuelve a salir y evapora lo que creímos abandonar en las baldosas, y la piel recobra la memoria, con mas fuerza, como una maldición...
4 comentarios:
Tal vez si vivieras en Seattle, dicen que llueve siempre :)
Continuando con la "fortuna", para algunos, no es una maldicion, todo lo contrario, somos afortunados por esa memoria o por lo menos, es nuestra ilusion creer que somos parte de ella...
Un: podria decir que es un tipico comentario geminiano...pero muy original!! ;)Me encanto....Estoy considerando la mudanza...
Anonimo: Gracias por tu paso por este lugar...
Es cierto, hay días que se presentan así, parecen asfixiantes, todo nos parece chico, se necesita algo, una cuota de libertad, algún movimiento inerte, o alguna gotita que nos refresque por completo.
…algo así….como pedirle un minuto de pausa a la vida.
Saludos!
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