Usted...

Usted sabe como es esto...
es raro a veces, y difícil, de todos modos nadie dice lo contrario...
Si yo desnudo mi espalda y usted desnuda su alma, todo parece mejor...
Pero igual sigue siendo difícil, como todos los caminos que se emprenden sin saber el destino cierto, pero saberlo menguaría el misterio de encontrar a cada paso una emoción nueva.
Usted sabe de algunas penas mías y yo se de algunas otras suyas y eso hace que este yo y este usted se encuentren en un punto mágico y maravilloso, donde los limites de aquello que parece imposible se desdibujan
Usted sabe que usted sigue siendo usted aunque yo diga vos en un fallido intento de enojo y le vuelva la espalda y no deje que me toque...y usted sabe o imagina que ese intento no deja de ser intento...que no es real ni permanente...y que si no dejo que me toque es porque el solo paso de su mano por mi piel neutraliza todo malestar probable...
Usted sabe ahora que mis miedos no solo se generan en los suyos, que transitan una historia que recién hoy reconozco y me empeño en combatir desde su primera mirada en lugar de esperar con mansedumbre la llegada del hastío... usted sabe, porque yo se lo he dicho....
Usted sabe, también, que pudo derribar paredes tanto como yo pude descolgarme de ellas sabiendo que usted me esperaba allí abajo...tan segura de usted como de mi...
Usted ahora sabe, como yo también se, que el mejor partido de truco se juega con las cartas que se inventan...
Usted sabe ahora como es el movimiento de las alas y si se mueven juntas, en un mismo compás, las suyas y las mías, es mas cálido y más seguro el vuelo y nos lleva mas alto...
Hay cosas que no sabe, claro...
No sabe por ejemplo, que el frío se me mete a veces por los huesos y me llega al alma y se me llenan los ojos de sombras, pero eso no es lo que verdaderamente importa, porque lo que usted debe saber es que su abrazo se convierte en hoguera y derrite los hielos que me pueblan...y sus ojos de sol llenan de luz los mios...
Usted tal vez no sepa que a veces necesito que me abrigue con toda su ternura y que sus brazos de hombre me hagan sentir mujer...
Usted no sabe, todavía, que su voz es la brújula que me trae de vuelta cuando sin querer me pierdo en ese mar de dudas...
Y tal vez ni imagine lo frágil que me siento algunas madrugadas, pero usted trae la fuerza que me vuelve invencible ante tanto fantasma...
Usted tal vez no sepa, cuantas veces me escapo, porque lo hago a hurtadillas, sin que nadie me vea...como tampoco sabe que si vuelvo corriendo es porque oigo su risa rompiendo el maleficio de la huída...