miércoles, 28 de mayo de 2014

Recorro con los ojos cerrados la memoria
y encierro los recuerdos que me ciegan el alma.

No escucho tu silencio,  ni acaricio las sombras.

No recuerdo tu rostro ni tu risa,
ni siquiera tu nombre ni como me nombrabas.

Se borró tu mirada de toda mi extensión.

Y aquello tan temido sucedió esta mañana.

Ya me olvidé de todo, incluso del dolor.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien, sigo la pista.
Que te olvides del dolor es lo mejor que puede pasarte y me.
Te se viva y prefiero imaginarte resplandeciente.
Solo hay dos cosas que no debes olvidar.
Una es que mientras tengas TU música nunca vas a estar sola.
Y la otra...
La otra soy yo ;)

Cecis ... funámbula dijo...

Bien...siga nomás y no deja de sorprenderme y no...La memoria, esa rebelde...casi siempre olvida lo que deberia recordar...y le pone un empeño increible a aquello que no tiene mejor destino que el olvido, querido amigo...pero tratare de domarla para que no olvide estas dos cosas...que, como sea, estan relacionadas...

Anónimo dijo...

Pasaba por aqui, solo para saber como iba este tema de la memoria. Desde los nortes Europeos, te dejo plantado un beso.